Permite al otro SER…

Sencillamente… Permite al otro “SER”…

PERMITE-LE-TE-OS SER

Permite que se equivoque, permite que acierte, permite que decida el camino equivocado, que cambie…

Permítele ser dejado, permítele estudiar, permítele que no estudie, permítele que esté triste, alegre, enfadado, permítele…

Sencillamente, permite…

Siguiendo un poco en la línea al texto anterior, voy a profundizar un poco en el concepto “Permitir ser”…

Como decíamos, TODO lo que es arriba es abajo, formamos parte del TODO, y, a su vez, el TODO forma parte también mágica e inevitablemente de nosotros mismos.

Si estás leyendo esto, posiblemente ya hayas conseguido comprender, asimilar, y hasta posiblemente empezar a poner en práctica este principio…

Voy a ayudarte un poco más…

Porque, al ser nuevo en este camino, posiblemente aún te encuentres con miles de dudas sobre cómo puedes, en tu día a día, ir poniendo cada vez un poco más en práctica este principio.

Allá vamos, esta vez, voy a hacerlo con un ejemplo…

Conoces a alguien nuevo, y resulta que ese alguien está constantemente hurgándose la nariz…

Tu aprendizaje mental te ha enseñado que, quien hace esto, “es un guarro”… fíjate bien en cómo os habéis ido adiestrando vosotros mismos… “es un guarro”…

Le estás juzgando y encasillando, no por lo que verdaderamente “ES”, sino por lo que, unos acuerdos mentales creados por los que componéis la sociedad en la que vivís habéis creado.

Es tu mente la que está haciendo esto…

Pero al hacer esto, en tu interior, estás impidiéndole, allí donde sois uno, que realmente SEA…

Estás limitándole su esencia sólo con la proyección de tu mente… y para ti, difícilmente, esa persona ya no sea otra cosa más que “un guarro”…

Por otro lado, estás proyectando en él algo de ti que no aceptas (que tú también a solas haces lo mismo, pero que no quieres que nadie se entere porque te juzgaría… ¿o quizás te gustaría tener la libertad interior suficiente que te permita hacer lo mismo sin pensar en si te van a juzgar o no?), y, además, no estás aplicando lo que hablábamos… le estás juzgando (y por tanto te estás juzgando a ti mismo), y le estás cerrando puertas (y por tanto a ti mismo también) de que realmente SEA…

Estás cerrando tus ojos al resto de posibilidades infinitas que existen en cualquier ser que habita el planeta… incluido tú mismo…

Estás LIMITANDO-LE-TE-OS…

Le limitas a él… y te limitas a ti..

Como allá, en vuestra esencia él es también tú, y tú eres él, al limitarle, te estás limitando también a ti mismo…

Piensa en todas las situaciones en las que estás LIMITANDO-LE-TE-OS:

Si eres madre, o padre, cuando a tu hijo le encasillas en que es “un torpe”, “un vago”, “un mentiroso”, ….

Cuando, siendo hijo, limitas a tus padres diciendo “es que son unos demandantes”…

Cuando, siendo amigo, juzgas a tu amigo diciendo “es un tardón”…

Cada vez que juzgamos limitamos, cada vez que juzgas limitas al otro, no le permites ser dentro de ti, y eso le llega, en su esencia más profunda, y entonces realmente se limita…

Y será aquello que estás en él proyectando, y no le permitirás jamás SER, ser aquello que ES, limitas sus infinitas posibilidades a una sola, a la que has creado en tu miserable proyección mental…

Y entonces, ese hijo no hará nada nunca bien, no sabrá abrir esa botella, se convertirá en un vago… en un torpe…

Y así con cada una de las situaciones que consigas imaginar…

Y como formáis parte de un TODO, en el que estáis inmersos, que está a su vez en vosotros, de un todo en el que se cumple mágica e inevitablemente el principio de que “Lo que es arriba es abajo”, estás limitando a toda la humanidad a que SEA…

Por tanto, ante cualquier persona, céntrate siempre en buscar y potenciar sus infinitas cualidades, en lugar de centrarte en aquello que a tu mente le molesta… y…

POTÉNCIA-LE-TE-OS…

Permítele que sea, porque al pemitirle a él que sea, te estarás permitiendo a ti ser… estarás permitiendo a toda la humanidad ser…

Por tanto:

PERMITE-LE-TE-OS SER… 

Permíte-le-te-os…

He puesto estos sencillos ejemplos, pero trasládalos a todo… desde lo más sencillo hasta lo más complicado que en tu mente pueda parecer…

No quiero poner más ejemplos… te dejo a ti ese ejercicio… cuanto más lejos llegues, más te estarás a ti mismo permitiendo ser…

 Y por supuesto, permite-te-le-os…

Permítete ser tú mismo, tienes un potencial infinito, no te juzgues ni permitas que tu mente te boicotee…

Sé lo que quieras ser… Hasta donde tus circunstancias y cuerpo físico te permitan, siempre consciente de que tanto tu cuerpo físico y tus circunstancias también pueden tener infinitas posibilidades que dependen de lo que tú les permitas a ellos mismos ser…

Quizás en este punto empieces a pensar: ya, muy bonito, pero no tengo trabajo, dinero, o tengo esta incapacidad física, esta enfermedad…

No caigas por favor ahí, en la negatividad del presente…

Sigue creándote, mejorándote a ti mismo…

Cuántas personas se han sanado sólo con el poder de su intención…

No te digo que tú, si estás enfermo, vayas a recuperar todo, eso no lo sé, ni puedo saberlo…

Pero sí te puedo decir que no dejes nunca de permitir-te-le-os…

Permítete al menos ser lo que quieras ser en tu imaginación…

Vívelo como si pudieras serlo, con tu cuerpo y circunstancias, siéntelo con la mayor intensidad que consigas…

Pon en ello toda tu intención… todo tu intento, toda la intensidad que te sea posible…

Permite-te-les ser… porque con este ejercicio te permitirás ser…

Te aseguro que, si lo realizas correctamente, sintiéndolo, y sobre todo agradeciendo que puede SER, tu vida comenzará a cambiar… la tuya y la de todos lo que te rodean…

Y, llegados a este punto, ya tú mismo sabrás que, de la misma forma, estarás permitiendo cambiar la vida del resto de la humanidad…

Es un acto que siempre se retroalimentará de forma positiva…

Serán cambios sutiles al principio, pero deja siempre tu menta abierta a la magia,… los milagros existen,,.. porque eres tú quien los crea, con este sencillo acto de AMOR…

Permíte-te-le-os… Permite-le-te-os ser…

Deja una respuesta