Se trata de llevar todo esto a tu día a día, a tu cotidianeidad…
Porque no hay mayor espiritualidad que vivir tu día a día desde esta perspectiva, de forma constante y consciente…
Desde la energía y pensamientos con que te levantas, en tu actitud frente a tu trabajo y tareas cotidianas, tu familia, vecinos, compañeros de trabajo, amigos, conciudadanos… el dependiente de la tienda de la esquina, el barrendero, el conductor de autobús, el banquero, el médico, el abogado, el pintor callejero, el mendigo, los del equipo contrario de tu deporte favorito, los niños de la escuela…
…y así con TODO…